En cada ciclo menstrual, un óvulo maduro es liberado de los ovarios y comienza su viaje hacia el útero por las trompas de falopio aproximadamente el día 14 del ciclo. En este tramo, el óvulo puede ser fecundado por un espermatozoide, de ser así, al llegar a la cavidad uterina ,hacia el día 28 del ciclo, se implantará en el endometrio. Es en este momento, donde comienza el embarazo, y el cuerpo, gracias a la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (GCH), le indica al resto del organismo que hay una nueva vida que desarrollar.
La GCH, junto con los altos niveles de progesterona y estrógeno, producen algunos síntomas físicos en la mujer, como somnolencia, fatiga y cansancio. Desde los primeros días, el cuerpo comienza a producir más sangre, por lo que aumenta también el pulso y el flujo sanguíneo para llevar los nutrientes necesarios para alimentar al embrión. Esto también produce síntomas de mayor cansancio en la mujer ante los esfuerzos físicos que pueda hacer.
Otros efectos que la mujer puede sentir en su vida cotidiana, es la mayor frecuencia al momento de orinar y estreñimiento, ya que el útero comienza a expandirse y presiona sobre la vejiga y el tracto digestivo. Otro de los síntomas físicos visibles, es el aumento del peso y volumen de los pechos, ya que se empezarán a formar los conductos para la leche, y se notarán las venas, ya que aumenta el flujo sanguíneo en esta zona. También en los pezones notará cambios, ya que se tornarán de un color más oscuro y se agrandarán las aureolas.
Por otro lado, también se pueden presentar síntomas emocionales, como inestabilidad anímica al experimentar una gran felicidad por la concepción de un hijo, pero luego tener miedos propios del embarazo, como es la preparación como madre, y por lo tanto, estar muy insegura por momentos.
Francisca tiene 30 años y como mamá primeriza, éste ha sido uno de los temas que le ha tocado enfrentar. Hace casi dos años que estaba tratando de quedar embarazada, por lo que el conocer la noticia fue una oleada de felicidad, pero después de la emoción de la primera semana, los miedos comenzaron a tomar su lugar.
“Yo pensaba que era muy fácil tener una pérdida, además que uno no siente ningún cambio exterior el primer mes: no te crece la guata, no se mueve nada adentro, entonces uno siente la aprehensión de saber qué está pasando adentro de uno”, cuenta Francisca sobre sus primeras semanas. Sólo con la ecografía de los 3 meses se quedó tranquila al respecto, y ahora su preocupación es prepararse para los cambios que tendrá su vida cuando nazca su bebé.
¿Pero qué ocurre con el embrión en las primeras semanas de gestación?
El calendario de la gestación se inicia con el primer día de la última menstruación, por lo que cuando el óvulo fecundado llega al útero, se considera que ya tiene cuatro semanas. A partir de la quinta semana, es la etapa más delicada para el desarrollo del embrión, el cual está muy expuesto a malformaciones producidas por drogas, medicamentos u otros factores ambientales, riesgos que disminuyen a partir de la 10° semana. Por esto es necesario tener un ginecólogo estable que pueda supervisar este proceso y hacer las recomendaciones correspondientes.
Entre la cuarta y quinta semana, una vez que el óvulo fecundado llega al útero, se adhiere formando la placenta que rodea al embrión, la cual le entregará el oxígeno y los nutrientes que necesita por medio del cordón umbilical, el cual se conecta a la pared uterina. En paralelo, se forma el líquido amniótico, cuya función es resguardar el embrión, a modo de amortiguador.
En la quinta semana se empiezan a formar el corazón y las principales arterias, y hacia la sexta semana, ya estará palpitando, aún de forma irregular. Hacia la quinta semana se forma un tubo neural que en la semana siguiente derivará en la columna espinal y la formación del cerebro.
Durante la sexta semana el embrión posee ya gran parte de sus órganos en proceso de formación. Ya se puede distinguir el cuello y la parte de la cara, tiene unos incipientes pulmones que aún no toman su forma definitiva, aparecen en la cabeza unos pequeños bultos que corresponden a los ojos y nariz, y tanto los riñones como el hígado ya se están desarrollando. Hacia el final de la sexta semana, el embrión mide 2,5 milímetros.
Una de las molestias más comunes que presentan las mujeres durante el primer trimestre del embarazo son las náuseas. Tamara, de 23 años, ya tiene seis meses de su primer embarazo, y cuenta que con lo que más le tocó sufrir fue con las náuseas: “Me daba náuseas con todo, especialmente la leche, la carne, o cuando comía muy rápido, incluso con productos como el lavalozas o los desodorantes ambientales”.
Las náuseas suelen aparecer desde las primeras semanas del embarazo, se agudizan en el segundo mes y comienzan a disminuir hacia el final del primer trimestre. Pero no todas las mujeres pasan por esta etapa, ya que algunas no presentan este tipo de molestias, o lo hacen en menor medida. Pero esto no se vincula de ninguna forma al desarrollo del embrión.